Proyecto MALALA

Ampara está autorizada por Instituciones Penitenciarias, en la Comunidad de Madrid, para atender a los menores de tres años que residen en el centro penitenciario de Aranjuez y la Unidad de Madres Victoria Kent, mientras que sus madres, y en ocasiones también padres, están cumpliendo condena.

Proyecto que cuenta con la financiación de 

El Artículo 38 de la Ley Orgánica General Penitenciaria de nuestro país, contempla el derecho de las madres, que cumplen condena en los Centros Penitenciarios, a mantener a sus hijos con ellas hasta que cumplan los tres años.

Esto conlleva consecuencias significativas en el aprendizaje de los menores, pues las conductas y estímulos en los primeros años de vida son claves para el desarrollo de su personalidad y determinantes para su comportamiento en la edad adulta.

Por eso, y junto a la labor que lleva a cabo Instituciones Penitenciarias para acondicionar y mantener los centros en las mejores condiciones, la actuación de AMPARA resulta fundamental ya que, durante unas horas, los menores abandonan el centro penitenciario y reciben estímulos del exterior que resultan muy positivos para su correcto desarrollo emocional, social, psicológico y motor.

Además, con el objetivo de promover las relaciones materno-filiales, AMPARA organiza actividades en conjunto con sus madres, y padres. Y fomenta las relaciones fraternales dando la posibilidad a los niños que han tenido que abandonar la cárcel, por motivos de edad, de participar y disfrutar de las salidas junto a sus hermanos, que todavía residen en el centro penitenciario.

El objetivo es el de desarrollar todas las áreas necesarias para que el crecimiento físico y psíquico, se produzca de una forma positiva y eficaz:

  • Habilidades motoras, sensoriales, cognitivas y de lenguaje propias de los menores en cada etapa de su crecimiento.
  • Habilidades afectivas y de relación en función de la etapa propia del menor.
  • Vivir experiencias positivas, enriquecedoras y divertidas fuera del ámbito penitenciario.

La metodología que utilizamos se basa en:

  • Talleres dentro del Centro Penitenciario: Durante todo el año los voluntarios de AMPARA acceden a los módulos de madres para realizar diferentes talleres en los que participan tanto las madres internas como los hijos que viven con ellas. Con estos talleres se pretende ampliar la relación materno filial, fomentar la psicomotricidad de los menores, enseñar a las madres el correcto trato a un bebé…
  • Salidas semanales con los menores: Durante todos fines de semana se programan actividades fuera del centro penitenciario en el que los niños viven, con el objetivo de que aprendan aspectos de la vida cotidiana en libertad, en todo momento son atendidos por voluntarios, personas que están fuera del ámbito penitenciario ampliando así su círculo afectivo. Con todo ello se consigue que su grado de desarrollo motor, sensorial, cognitivo, afectivo y de relación que los menores han adquirido en estas salidas, se refleje en su carácter y estado físico y psíquico.
  • Salidas programadas y terapéuticas: En estas salidas participan los menores, y en ocasiones, algunas madres con permiso y los menores. En esta ocasión se eligen lugares lúdicos como el Zoo, Faunia, Circo, Cabalgata de Reyes, visita Belenes, Teatros, Granja Escuela… fomentando las relaciones maternas filiales, a la vez que las madres con permiso disfrutan de unos momentos de libertad en compañía de sus hijos, consiguiendo incluso, disminuir los estados de ansiedad y disfrutar junto a los voluntarios de momentos de ocio gratificantes para los niños
  • Campamento: Una vez al año se programa la realización de un campamento, cuya duración es de 6 días. Los voluntarios recogen en autobuses a los niños y madres con permiso para la actividad en el centro penitenciario correspondiente, y se trasladan a un alojamiento propicio y con capacidad suficiente para ello. Los voluntarios no solo son los encargados de todas las actividades que se desarrollan durante el día: salida a la piscina municipal más cercana, excursiones, visitas culturales a los adultos, juegos, gymkhanas, talleres emocionales a las madres, biodanza… Si no que además, asumen toda la logística y buen funcionamiento del campamento, haciéndose cargo de aquellos menores que no han podido salir acompañados por su madres. Son días en los que todos los participantes fomentan principalmente la afectividad y responsabilidad entre todos, pero principalmente los niños pueden pasar unas mini vacaciones fuera de todo ámbito penitenciario.